domingo, 19 de agosto de 2012

Diez consejos sencillos para tener cuerdas vocales sanas

La disfonía es sólo uno de los problemas de la voz o trastornos que afectan las cuerdas vocales, y que según las estadísticas médicas van en aumento en todo el mundo.

Los signos más comunes de que “algo no va bien” en la salud vocal, y hay que consultar al médico o especialista son: tener que repetir reiteradamente lo que se está diciendo para hacerse entender por los oyentes, no poder hablar desde una cierta distancia que antes no planteaba ningún problemas o ser incapaz de cantar o tararear una canción o melodía sin fatigarse.

Una voz sana y cuidada mejora nuestras relaciones interpersonales y nos ayuda a reforzar nuestro desempeño profesional, según desvelan diversos estudios divulgados por la SEORL PCF.

Por ejemplo, el tono y el timbre de la voz son herramientas para atraer al sexo opuesto y para mejorar la imagen que tienen de nosotros, de acuerdo a una reciente investigación de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos.

Según la logopeda Marta Pinillos, "en el primer nivel están quienes usan la voz de forma básica (dependientes de comercios); en el segundo, las personas que necesitan que su fonación sea eficaz (médicos, abogados); en el tercero quienes requieren que su voz tenga eficacia y calidad (locutores, actores) y, en el cuarto, los cantantes, cuya voz debe tener calidad, eficacia y transmitir”.

Es posible cuidar la voz adoptando diez medidas sencillas:

1. Evitar el ruido ambiente. Es lo más perjudicial, puesto que obliga a hablar con un volumen que supere ese ruido. Además, al gritar pueden aparecer nódulos y, con la tensión, una mayor posibilidad de lesión, al contraerse más las cuerdas vocales.

2. No forzar la voz. Cada persona tiene una resistencia que depende de sus características personales y de su entrenamiento vocal. Cuando se sobrepasan estos límites aparece la disfonía y la predisposición a padecer enfermedades vocales. Por lo general, se puede hablar cuatro horas diarias y cantar dos.

3. No fumar. El humo del tabaco es el principal elemento tóxico, puesto que además de irritación provoca sequedad

4. Mantener una buena hidratación. Las cuerdas vocales necesitan estar bien lubricadas con una capa delgada de mucosidad. Para ello, lo mejor es beber al menos 1,5 litros diarios.

En cambio, las bebidas alcohólicas y con cafeína disminuyen la lubricación que las cuerdas vocales necesitan. Un ambiente seco también complica la situación y ciertos medicamentos, como los antihistamínicos, los antidepresivos y los antihipertensivos, provocan sequedad de la mucosa.

5. Dormir lo suficiente. Dormir menos de seis horas diarias provoca cansancio vocal y la predisposición a sufrir lesiones.

6. Evitar el carraspeo y toser con fuerza. La forma más segura y eficiente de aclarar la garganta es respirar lo más profundamente posible, manteniendo la respiración un momento y produciendo una “H” silenciosa y forzada al exhalar.

7. Hablar poco en caso de laringitis. De no ser así pueden aparecer hemorragias y otras lesiones estructurales.

8. Alimentación equilibrada. Con un buen estado de salud general se opone una mayor resistencia al esfuerzo vocal.

9. Proteger la garganta. Esta zona debe estar protegida por fuera (sobre todo ante el frío) y por dentro. Los preparados de própolis farmacéuticos ayudan a protegerla de virus y bacterias.

10. Acudir al otorrinolaringólogo si se necesita. Las alteraciones de la voz que duran más de 15 días suelen reflejar una alteración estructural en las cuerdas vocales que puede incluso llevar a la aparición de neoplasias.

Siempre hay que consultar con el especialista en oído, nariz y laringe.